PASCUA


Pascua y misión


Estamos viviendo con gozo el tiempo pascual. Todo este tiempo de pascua nos invita a sentir y experimentar con intensidad el triunfo de Jesús sobre el pecado y la muerte. Todos los cristianos participamos de esta victoria de Cristo y, al mismo tiempo, todos somos llamados a ser portadores de de esta victoria salvífica de Cristo a nuestros hermanos.

Recordamos, de una forma especial, en la Pascua, nuestro compromiso bautismal y nuestra vocación misionera; todos somos llamados a ser testigos del mensaje de Cristo. Lo oímos con más fuerza en la liturgia de este tiempo. “Como el padre me ha enviado, así también os envío yo” (Jn 20,21) Jesús da su espíritu y a los apóstoles y nos lo da a nosotros para que seamos con nuestros palabras y obras, mensajeros de La Buena Noticia.

También Francisco de Asís, después de su conversión, comprendió cual era su misión en la iglesia y en el mundo; y así lo quiere para cuantos deseen seguir su proyecto de vida. Francisco tomando el evangelio como norma y forma de vida para si y para los suyos, envía a los hermanos con estas palabras “Marchad, carísimos, de dos en dos por las diversas partes de la tierra, anunciando a los hombres la paz y la penitencia para remisión de los pecados.” (1C 29)

Francisco, también nos recuerda que nuestra vocación y vida deben ser misioneras, con palabras y con obras. Seguir a San Francisco es sentirse identificado con la tarea misionera. Por eso en todas las partes de mundo hay discípulos de Jesús, que siguiendo el carisma franciscano llevan el mensaje de paz y esperanza a los hombres y mujeres más necesitados de sentir la salvación de Cristo.